¿Por qué leer Togo: la sonrisa permanente?

Enrique Tallo-editor: ¿Cómo surgió la idea de Togo: la sonrisa permanente?

Enrique Tallo-autor: Verás, el proyecto original era escribir un libro que tratara sobre la tradición oral en Togo. Es decir, hacer una introducción sobre la tradición oral y luego poner los cuentos. Pero a medida que los transcribía, me fui dando cuenta de que ponerlos tal cual dejaba cojo el proyecto, ya que había que situar al lector en el lugar y en el tiempo, en el contexto. Y también es verdad que tenía ganas de revivir lo que allí vi y, de paso, asimilar todo lo que había aprendido. De hecho, el libro se convirtió en una terapia (risas). Al ir escribiendo, salían frases, palabras, pensamientos que me sorprendían, y que antes del viaje a Togo creo que no los hubiera reconocido como míos y que, tal vez, ni siquiera los hubiera comprendido. El viaje fue un aprendizaje de muchas cosas. Además de conocer una cultura bastante diferente a la nuestra en muchos aspectos, fue un viaje interior. También me di cuenta de que en realidad no somos tan diferentes los humanos de aquí y de allá.

Portada de Togo: la sonrisa permanente, de Enrique Tallo

Enrique Tallo-editor: Fuiste, pues, a buscar cuentos, ¿cómo fue este trabajo?

Enrique Tallo-autor: Fui a buscar cuentos, a buscarme (risas) y a hacer actuaciones de títeres y clown. Lo de las actuaciones, por distintas circunstancias entre las que están el golpe de estado del hijo de Eyadema, no lo pudimos hacer. Encontrarme creo que sí (más risas), y en cuanto a los cuentos, fue posible gracias a la ayuda inestimable de los compañeros con los que fui, sin los que hubiera sido muy difícil realizarlo. Los abuelos que nos contaban los cuentos lo hacían en sus idiomas originales: ewé, kotokolí… y luego, sobre el terreno, algunos amigos nos los traducían al francés. Todo esto lo grabábamos con una grabadora y luego, ya en Barcelona, lo transcribí.

Enrique Tallo-editor: ¿Qué podemos encontrar en Togo: la sonrisa permanente?

Enrique Tallo-autor: Sobre todo respeto. He querido ser muy respetuoso con Togo, con sus costumbres, con su cultura, con su forma de vida y de pensar. He querido huir de los juicios y de los prejuicios. El libro es simplemente lo que he visto y comprendido. No es ni un tratado filosófico ni, desde luego, un trabajo antropológico. Pero al mismo tiempo en sus páginas hay poesía, filosofía, antropología, cuentos, anécdotas, vudú, espíritus, música y los sentimientos que pude captar de la gente de Togo. Están sus niños, sus mujeres, sus hombres tal cual, sin caretas, tal y como se muestran, con esa transparencia que tienen y que no deja de sorprender. Está, pues, África, con sus aciertos y sus contradicciones, con sus esperanzas y sus fracasos, con sus ganas de salir adelante conservando, al mismo tiempo, sus tradiciones.

Enrique Tallo-editor: ¿Y por qué elegiste este título?

Enrique Tallo-autor: Hay algo en las sonrisas del africano que va más allá de lo normal. Un pueblo que se ríe de las adversidades es un pueblo inteligente, es un pueblo que tiene ganada media batalla a los problemas. En Togo la gente ríe mucho. Y sonríe, que según dicen, es la expresión más perfecta de la risa. La sonrisa en las caras de los togoleses es algo que llama mucho la atención, que transmite confianza y buenas vibraciones.

Enrique Tallo-editor: Antes hablaste del golpe de estado del hijo de Eyadema, ¿cómo viviste aquello?

Enrique Tallo-autor: Mis sentimientos pasaron por varias fases. Cuando murió Eyadema no le di importancia. Pero pasadas unas horas, cuando ya nos enteramos que había habido un golpe de estado y que las fronteras del país estaban cerradas, me empecé a preocupar. El día de la manifestación a favor de la democracia nos quedamos en casa todo el día, ya que así nos lo habían aconsejado. Era peligroso que nos confundieran con franceses, ya que allí los consideran, en gran parte, responsables de la dictadura. Ese día lo viví con miedo, cosa que no esperaba, y con gran claustrofobia. Oíamos los disparos y veíamos las carreras, las grandes columnas de humo y sabíamos que la cosa iba mal. Luego, en cambio, llamábamos a un personaje que se autodefine cónsul de España en Togo, y que es simplemente un señor que se ha puesto ese título para aparentar, y al que, por ejemplo, la embajada de Francia en Ghana no da ninguna credibilidad, y nos decía que tranquilos, que era una simple protesta. Si nuestra seguridad hubiera dependido de este señor lo hubiéramos pasado muy mal, aparte de que probablemente nos hubiera querido sacar dinero (risas). Pero esto es sólo una anécdota. Lo importante es que en esa casa me di cuenta de la angustia que debían haber pasado los togoleses durante 38 años de dictadura. Era lógico que la gente quisiera salir a la calle y explotara. A partir de ese día me ha sorprendido ver que en Europa nada de esto interesaba, que era más importante la clasificación de Togo para el Mundial de fútbol que 40.000 refugiados. En Europa había desinformación sobre el conflicto, pero también había desinterés, lo que me parece más triste.

Enrique Tallo-editor: Por último, y para acabar, me gustaría que te sinceraras y dijeras qué crees que le falta al libro.

Enrique Tallo-autor: Muchas cosas, hombre, muchas cosas (risas). Tal vez profundizar en algunos aspectos, y tal vez hablar más de la risa y las sonrisas de los togoleses, pero esto es algo que por mucho que se explique, el lector tendrá que vivirlo y sentirlo. Por eso me gustaría que el libro se convirtiera en una invitación al viaje.