Todos los libros de Enrique Tallo (1)

Tengo que reconocer que hablar de mis libros no es una tarea que me resulte fácil. Pero como es obvio que un posible lector quiere tener algo de información antes de decidirse a elegir qué leer, me pongo a la faena de intentar dar una primera explicación de los libros que he escrito hasta el momento, Para ello, y para no aburrirte con un texto demasiado extenso, lo dividiré de la siguiente manera: por una parte la poesía y los cuentos, y por otra las novelas.

El primero que te quiero presentar es Epitafio para los días asesinados, un poemario que refleja el momento vital en el que me encontraba cuando lo escribí. Es decir, una crisis existencial bastante acuciante y una visión negativa de la vida. Y aunque afortunadamente esa mentalidad ha quedado atrás y ya no me identifico con ella, cuando hace poco lo releí para concretar la reedición que ahora te presento, encontré hallazgos poéticos muy interesantes. Poemas duros, sí, pero sinceros, críticos, atrevidos, con un sarcasmo salvaje y una temática que, por desgracia, continúa vigente. Durante muchos años recité gran parte de estos poemas en diferentes performances y, al hacerlo, pude ver que la gente que los oía o leía se identificaba con ellos. Es un libro crudo que retrata a una sociedad enferma e hipócrita que intenta solapar sus enormes contradicciones y mentiras, pero que con estos poemas quedan al descubierto. Y es que nadie se mantiene a salvo en este libro, ni siquiera el autor.

Togo: la sonrisa permanente empecé a escribirlo en Barcelona a los pocos días de llegar de Togo, ese pequeño país africano que tuve el gusto de visitar. Es decir, que el libro está impregnado de la entusiasta energía que traía del viaje. En principio la idea era hacer un compendio de los cuentos que escuché in situ a abuelos, hechiceros, niños y adultos togoleses, pero el impacto que el país me produjo fue tan fuerte que quise ampliarlo a explicar lo que había visto y sentido. Además de los cuentos, que ya son de por sí un material lo suficientemente importante como para llenar las páginas de un libro, las peripecias del viaje no se quedan atrás. Si la realidad del país ya resulta llamativa para un europeo gracias a sus ceremonias de vudú y a la manera de vivir y plantearse la vida de sus habitantes, que nuestro viaje coincidiera con la muerte del dictador y las consiguientes revueltas que estremecieron la región esos días, lo hace todavía más interesante.

Aunque en un principio El espejo fue incluido dentro de la novela experimental llamada Todo es lo mismo, de la que hablaré en el próximo artículo, al final decidí que tenía el suficiente empaque por sí mismo como para ser considerado un volumen independiente. En el momento en el que nació estaba escrito en prosa poética, pero con posterioridad me di cuenta de que era más efectivo pasarlo a verso. El tema principal es la reflexión que me hago sobre lo que nos han vendido que es la vida. Lo comencé a escribir en la ciudad de Cuzco (Perú) a los pocos días de haber vivido una experiencia transformadora, Allí, en una modesta posada, escribí de un tirón un tercio del libro, para posteriormente acabarlo unos meses más tarde en Mallorca, cuando tuve otro arrebato de inspiración. Nació para ser representado como un monólogo teatral, pero creo que el formato libro transmite a la perfección la esencia, la fuerza y el sentido del humor que el texto atesora.

Las musas existen muestra la evolución personal que experimenté con respecto a la época en la que publiqué mi primer libro. Aquí la oscuridad es sustituida por luz, lo negativo por agradecimiento a la vida, la depresión por ganas de vivir. Se respira un aroma impregnado de naturaleza. El amor lo llena todo, pero no un amor romántico (que también lo hay), sino un amor más profundo y verdadero: amor universal, amor incondicional, amor puro. Los primeros poemas fueron escritos en la época en la que edité Epitafio, y se quedaron en tempero hasta que después de unos años los recuperé y decidí juntarlos con otros que habían ido surgiendo a cuentagotas durante ese intervalo de tiempo. Entre estos últimos está la serie dedicada a mi hija, los cuales considero que son los más emocionantes y que, estos sí, nacieron de un tirón, inspirados directamente por la luna o por las musas, pues aunque no te lo creas, sí que existen.

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